Tras la gran afluencia de público en el estreno de la actividad VIVIR DEL CUENTO, el viernes 17 de enero tuvo lugar la segunda entrega con el cuento de Gabriel García Márquez, Algo muy grave va a suceder en este pueblo, que os adjuntamos a continuación:
ALGO MUY GRAVE VA
A SUCEDER EN ESTE PUEBLO
(Cuento contado
por García Márquez en un congreso de escritores.)
Imagínese usted
un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 17
y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de
preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:
-No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo.
-No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo.
Ellos se ríen de
la madre. Dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que pasan. El hijo
se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola
sencillísima, el otro jugador le dice:
-Te apuesto un
peso a que no la haces.
Todos se ríen. Él
se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué
pasó, si era una carambola sencilla. Contesta:
-Es cierto, pero
me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre esta mañana
sobre algo grave que va a suceder a este pueblo.
Todos se ríen de
él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mamá o
una nieta o en fin, cualquier pariente. Feliz con su peso, dice:
-Le gané este
peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.
-¿Y por qué es un
tonto?
-Hombre, porque
no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea de que su mamá
amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.
Entonces le dice
su madre:
-No te burles de
los presentimientos de los viejos porque a veces salen.
La pariente lo
oye y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero:
-Véndame una
libra de carne -y en el momento que se la están cortando, agrega-: Mejor
véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es
estar preparado.
El carnicero despacha
su carne y cuando llega otra señora a comprar una libra de carne, le dice:
-Lleve dos porque
hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están
preparando y comprando cosas.
Entonces la vieja
responde:
-Tengo varios
hijos, mire, mejor deme cuatro libras.
Se lleva las
cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media
hora agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el
rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo, está esperando que
pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde,
hace calor como siempre. Alguien dice:
-¿Se ha dado
cuenta del calor que está haciendo?
-¡Pero si en este
pueblo siempre ha hecho calor!
(Tanto calor que
es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban
siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.)
-Sin embargo
-dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
-Pero a las dos
de la tarde es cuando hay más calor.
-Sí, pero no
tanto calor como ahora.
Al pueblo
desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:
-Hay un pajarito
en la plaza.
Y viene todo el
mundo, espantado, a ver el pajarito.
-Pero señores,
siempre ha habido pajaritos que bajan.
-Sí, pero nunca a
esta hora.
Llega un momento
de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por
irse y no tienen el valor de hacerlo.
-Yo sí soy muy
macho -grita uno-. Yo me voy.
Agarra sus
muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle
central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que dicen:
-Si éste se
atreve, pues nosotros también nos vamos.
Y empiezan a
desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.
Y uno de los
últimos que abandona el pueblo, dice:
-Que no venga la
desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa -y entonces la incendia y
otros incendian también sus casas.
Huyen en un
tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va
la señora que tuvo el presagio, clamando:
-Yo dije que algo
muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
¡¡¡Os esperamos el próximo viernes en la biblioteca del centro durante el segundo patio!!!
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