Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los Lestrigones ni a los Cíclopes,
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no lo llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos antes nunca vistos.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes voluptuosos,
cuantos más abundantes perfumes voluptuosos puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu pensamiento.
Tu llegada allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguardar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.
Poesía completa, 2011
Konstantinos Kaváfis
Konstantino Kavafis nace en Alejandría, Egipto, en 1863 y muere en la misma ciudad en 1933. Cuando tenía siete años muere su padre y la familia emigra a Liverpool. Allí aprenderá inglés, escribirá sus primeros poemas y conocerá los escritos de Shakespeare y Wilde. Más adelante la familia se mudará a Estambul, y cuando Kavafis vuelva a Alejandría ya será para quedarse. Trabajó como periodista y como funcionario, lo que le permitió vivir sin depender de la publicación de sus obras.
En sus inicios se alimentó de la obra de simbolistas franceses, conservando una refinada cultura grecolatina y una subyacente ironía. Su estilo rehúye la retórica y los objetos cotidianos adquieren un profundo valor simbólico.
En vida no fue muyconocido, ya que sólo entregaba alguna de sus obras a personas que podían comprenderlas; así se mantenía independiente y fiel a sí mismo, sin el peligro de que las posibles ventas influyeran en su trabajo. Pero tras su muerte se le consideró una de las figuras más importantes de la poesía contemporánea, por su refinada elegancia y su expresión prosaica a la vez que exquisita.
En Ítaca nos invita a marchar hacia una meta, pero lo importante será el camino que nos llevará hasta ella. En ese recorrido nos esperan experiencias de todo tipo, deleites y contratiempos, pero afrontar todo esto sin miedo y abiertos a la experiencia hará que superemos las dificultades.
Todo lo que aprendamos en nuestro viaje debe servir para nuestro enriquecimiento personal, y cuando lleguemos a Ítaca, esa será la riqueza que encontraremos, lo que hayamos sido capaces de obtener en nuestra búsqueda.
Así que dejemos a un lado miedos y preocupaciones y dispongámonos a recorrer con ilusión ese camino que está esperándonos lleno de sorpresas que nos ayudarán a crecer.
I.E.S. Leonardo de Chabacier
Calatayud
Biblioteca
IES Bajo Cinca, Fraga IES La Azucarera, Zaragoza IES José Mor de Fuentes, Monzón
IES El Portillo, Zaragoza IES Sierra de San Quílez, Binéfar IES Hermanos Argensola, Barbastro
IES La Llitera, Tamarite de Litera IES Bajo Aragón, Alcañiz IES Baltasar Gracián, Graus
IES Leonardo de Chabacier, Calatayud IES Ramón J. Sender, Fraga IES Tubalcaín, Tarazona
La próxima sesión de Leer Juntos ESO se celebrará el día 9 de Febrero, jueves, a las 9 de la noche en nuestra biblioteca.
El libro que hemos elegido para leer antes de este día es de Eliacer Cansino, "Una habitación en Babel". Invitamos a los padres a participar en la tertulia.
Rafael Alberti (Puerto de Santa María, 1902- 1999)
(Poema escénico)
Me aburro. Me aburro. Me aburro. ¡Como en Roma me aburro! Más que nunca me aburro. Estoy muy aburrido. ¡Qué aburrido estoy! Quiero decir de todas las maneras lo aburrido que estoy. Todos ven en mi cara mi gran aburrimiento.
Innegable, señor. Es indisimulable. ¿Está usted aburrido? Me parece que está usted aburrido. Dígame, ¿adónde va tan aburrido? ¿Que usted va a las iglesias con ese aburrimiento? No es posible, señor; que vaya a las iglesias con ese aburrimiento. ¿Que a los museos —dice— siendo tan aburrido? ¿Quién no siente en mi andar lo aburrido que estoy? ¡Qué aire de aburrimiento! A la legua se ve su gran aburrimiento. Mi gran aburrimiento. Lo aburrido que estoy. Y sin embargo... ¡Oooh! He pisado una caca... Acabo de pisar —¡Santo Dios!— una caca... Dicen que trae suerte el pisar una caca... Que trae mucha suerte el pisar una caca... ¿Suerte, señores, suerte? ¿La suerte... la... la suerte? Estoy pegado al suelo. No puedo caminar. Ahora sí que ya nunca volveré a caminar. Me aburro, ay, me aburro. Más que nunca me aburro. Muero de aburrimiento. No hablo más... Me morí.
Roma, peligro para caminantes, 1967
Este poema pertenece a Rafael Alberti, poeta de la Generación del 27, que, como otros poetas de su generación, tuvo que exiliarse tras la guerra civil española. En concreto, pertenece a su libro Roma, peligro para caminantes (1963). Libro neobarroco y formalista que muestra una Roma degradada, que no tiene nada que ver con los tópicos turísticos. En él conviven la ironía, la inventiva, la experimentación y la gravedad. Este libro es fruto de la estancia en Roma del poeta andaluz. Tras su exilio en tierras americanas, Alberti se trasladó a Roma y parece que sus primeros paseos por sus calles están llenos de nostalgia por todo lo que dejó en América. Roma, en un primer momento, no parece ofrecerle ningún atractivo, como se ve en el verso “como en Roma me aburro”.
Este poema de raíz popular y lúdica es muy apto para un público infantil porque tiene fluidez, brevedad, sencillez y humor. Plantea con un tono festivo una situación triste, absurda, cómica desde la que surge la extrañeza. Extrañeza que se consigue también con un lenguaje cargado de aliteraciones, hipérboles, preguntas retóricas, disfemismos, y también con ese último verso tan contundente que nos deja trastocados. Al leerlo ahora, he recordado cómo mi madre, noche tras noche, nos recitaba a mi hermana y a mí poemas de un librito que aún guardo ahora con mucho cariño. Nuestro poema favorito era ése, nos encantaba el hincapié que ponía ella al leer cada verso. Luego, después de leerlo, nos entreteníamos viendo las ilustraciones que lo acompañaban. Me acuerdo de que, al lado de “me morí”, aparecía una cruz sobre una montañita, que llamaba mucho mi atención.
Beatriz Martín Gascón
2º Bachillerato
(I.E.S. Bajo Aragón, Alcañiz)
Biblioteca
IES Bajo Cinca, Fraga IES La Azucarera, Zaragoza IES José Mor de Fuentes, Monzón
IES El Portillo, Zaragoza IES Sierra de San Quílez, Binéfar IES Hermanos Argensola, Barbastro
IES La Llitera, Tamarite de Litera IES Bajo Aragón, Alcañiz IES Baltasar Gracián, Graus
IES Leonardo de Chabacier, Calatayud IES Ramón J. Sender, Fraga IES Tubalcaín, Tarazona