martes, 10 de abril de 2012

POESÍA PARA LLEVAR Nº 20




                                          INGER ELISABETH HANSEN  (Oslo, 1950)

                                   Tratado de Medusa sobre el lenguaje de las serpientes


                                                                         IV

La mortal era yo

La que nació de una ola
y vivió en el extremo del mundo.
La que llevaba serpientes en el pelo
y cantaba y hacía bailar a las serpientes.
Ella a la que llamaron peligro
un monstruo la llamaban.
Ella que dejó pesar la mirada
él la robó, la mirada, la pesada.
Fue el arma del guerrero
la dirigió contra otros.
Él mismo carecía de fuerzas
nunca se enfrentó a mi mirada.
Otros fueron alcanzados por ella
otros quedaron rígidos y se detuvieron.
Yo que no tengo cuerpo
mira ahora sólo puedo petrificar.
Mi boca no canta
los ojos hablan piedra.
La cabeza en manos del guerrero
no soy yo sino muerte.
Yo que parí demasiado tarde
a Pegaso fue al que estaba pariendo
cuando el guerrero me asestó un corte en el cuello.

La mortal era yo


Antología de Poesía Nórdica (Ediciones de la Torre, 1999)



 INGER ELISABETH HANSEN

Realizó su debut como escritora en 1976, desarrollando su labor literaria principalmente en el campo de la poesía. Destaca entre los reconocimientos a su obra el Brage Prize, premio que obtuvo en 2003 por su colección de poemas Trask, entre otros.

Esta autora noruega está especialmente relacionada con la cultura hispánica ya que, además de escribir su propia poesía, Inger Elisabeth Hansen ha traducido los versos de autores como César Vallejo, Juan Gelman o Rosario Castellanos al noruego. Ha sido asimismo profesora de español en la Universidad de Oslo.

Los comentarios que se recogen a continuación han sido realizados por alumnos de 4º ESO del IES Cabañas de La Almunia de Doña Godina:

Este poema trata sobre el mito de Medusa, una de las Gorgonas, monstruos femeninos de origen marino, la única mortal de ellas y la más bella. Con su mirada dejaba petrificado a cualquiera. Y buscaron su muerte con un solo corte en el cuello, a manos de Perseo. El poema, desde mi punto de vista, nos advierte de que todo puede acabar cuando menos lo esperamos.
Pilar Sánchez


Medusa fue violada por Poseidón en el templo de Atenea, quien como castigo por la profanación, la convirtió en un monstruo con cabello de serpientes y con el poder de petrificar con la mirada. No conforme con ello, mandó después a Perseo para que la matara. Cuando éste le cortó el cuello, de él nació Pegaso, el caballo alado. La cabeza de Medusa fue entregada a Atenea y exhibida en su escudo.
Este relato es un recordatorio de que a pesar de todo el poder que podamos llegar a tener, al final, somos mortales. Medusa además merece compasión, ya que el poder de petrificar con la mirada era una condena para ella, que no era la verdadera culpable.
Guillermo Embid


Este poema tiene una lectura doble, ya que nos podemos poner en la piel del personaje que quiere vencer a Medusa y terminar con ella, o en la propia piel de Medusa, que nos muestra un lado diferente al que conocemos: ella expresa su sentimiento de impotencia porque no puede hacer otra cosa que “hablar piedra por los ojos”, es decir, petrificar a todo aquel que mira. “Mira ahora solo puedo petrificar”, utiliza el verbo ‘mirar’ con doble sentido, ‘date cuenta’ y también habla de que Medusa al mirar petrifica.
“La mortal era yo”, esta frase final deja bien claro que nadie es invencible ni nada imposible. Un poema con mucho por desvelar. 
Francisco José Sánchez


Este poema transmite que nunca hay que rendirse, ya que parecía imposible vencer a Medusa pero era mortal, y el astuto guerrero acabó con su vida mirando a la Gorgona a través del reflejo en su escudo. Medusa no es quien creía ser, y se lamenta porque ha sido vencida, y Perseo seguirá utilizando su cabeza cortada para convertir en piedra a sus enemigos.
Sofía Zaragozano e Isis Rodríguez

















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